El chimpancé se ha puesto a cuatro patas y observa lo que pasa. Tiene unos antebrazos fuertes en los que se apoya. Todo su cuerpo está cubierto de mucho pelo negro. En el único sitio donde no tiene pelo es en la simpática cara y en las orejas. La cara es de color marrón claro, tiene una nariz chata y una mandíbula muy fuerte. Si te acercas demasiado a su cría, puede que te muerda. ¡Así que cuidado!
El chimpancé está tranquilo en la selva observando a su gran familia. Siempre hay alguien que quiere jugar un poco o que trepa con mucha habilidad por alguno de los árboles gigantes de la selva. El chimpancé está feliz. Ve cómo su pequeño intenta dar sus primeros pasos. ¡Seguro que algún día se convertirá en un gran escalador! Está pensando en hacer ahora un poco de gimnasia para motivar al pequeño.
3-8 años